Aun recuerdo esas tardes en la plaza enfrente de mi casa o esas mañanas en el patio del colegio cuando intercambiábamos, con los amigos, los cromos de nuestras series preferidas al grito de “tengi,tengi, falti, falti, tengi…”. También recuerdo que, cuando caía en mis manos 25 pesetas, salía corriendo al quiosco a comprarme todos los sobres que pudiera, esperando que me salieran esos cromos que me faltaban para acabar el álbum.
El álbum aun lo conservo…INACABADO!!!! Malditos dos cromos que nunca salieron ni a mí ni a su…!!!! Bueno, que me caliento y me voy del tema.
Ese afán coleccionista de mi generación (y posteriores) degenero muchísimo cuando apareció un juego llamado comúnmente “Las Magic”.

Magic: the gathering, fue el primer juego de cartas coleccionable (JCC en español y TCG en ingles) que aterrizo en España con gran fuerza allá por el año 93 (cuentan que antes de que Richard Garfield creara el juego existía “la nada”). Esto provocó una escalada de compras compulsivas de sobres para ver quien tenía el mejor mazo y quien ganaba más partidas (algo así como “a ver quien mea más lejos”).
Los de Wizards of the Coast aprovecharon ese tirón de compras compulsivas y se liaron a sacar expansiones que eran compradas con desesperación por los “Zombimagicanos” (dame argo, que no es pa´ drogas, es pa´ comprar Magic…).
A Magic le siguieron un sinfín de JCC e incluso se comercializaron juegos que ni estaban traducidos al idioma de Cervantes. Todos estos JCC siempre seguian la misma premisa; quien más dinero se gaste mejor mazo tendrá y por lo tanto siempre ganará. Esto se notaba mas cuando jugabas con otra gente que no fueran tus colegas y tenían cartas rarísimas que nunca habías visto. Por norma general durabas 5 minutos y acababas preguntándote cuanta pasta se tendría que haber dejado para tener tal cantidad de cartas. Mucha gente se dio cuenta de que ya era abusiva tanta expansión y que para divertirse había un sinfín más de posibilidades mas económicas.
Luego llego la era de Internet y todo cambio.
Muchos jugadores, hartos de no poder disfrutar de un juego que les gustaba por no poder comprarse tantas cartas, opto por descargarse las cartas e imprimirlas para poder jugar. A esto se le llamo Proxy y ha hecho que mucha gente se vuelva a volcar con los juegos de cartas.
Hace relativamente poco, sacaron una serie de juegos de cartas, bajo las siglas LCG (Living Card Games) bajo la premisa de que no eran juegos de cartas coleccionables, ya que podías jugar con un mazo básico y no había sobres de cartas, si no expansiones con mazos montados que luego podías, si querías, desmontar para crearte tu propio mazo… o sea, más de lo mismo.
Hoy en día, por suerte, existen programas gratuitos como el OTCGN o el LACKEY, que ofrecen una plataforma para poder jugar a ese tipo de juegos sin dejarte un pastizal.
Este tipo de juegos Online permiten probar todas las combinaciones de Mazos posibles, aunque a veces es un auténtico caos con todas las cartas que tiene un juego. Mucha gente, utiliza este tipo de plataforma online para testear sus mazos reales y ver que cartas pueden meterles, creando proxys o comprando solo esa carta por internet en tiendas especializadas en la venta de cartas sueltas (si amigos, las cartas son así de lucrativas para quien tenga olfato de negocio).
Yo, personalmente, he descubierto que me puedo divertir más a este tipo de juegos jugando online, y reuniéndome con mis amigos para jugar a otro tipo de juego en el que no gane el que más dinero invierta.
Y vosotros ¿Preferís coleccionar todas las cartas que podáis o sois de los que con un mazo básico juegan y juegan durante años? ¿Estáis a favor o en contra de los Proxis? ¿Jugáis Online?
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